
El semáforo está verde. Otra vez. No cruzamos. Casi nadie se mueve. Un policía nos apunta todavía. Con la mano en alto. Señala a los que pasan con el otro brazo. No terminan. Miro la fila de ciclistas. Como hormigas. Tan apretada. No termina. No sé cómo no se caen. Todos llevan la misma ropa. El mismo rojo. Los cuento. Desde el nosecuántos. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. Entre el cuatro y el cinco un hueco. Seis. Siete. Ocho. Nueve. Así hasta que me canso. Tengo tres páginas escritas. J. me dijo que anotara lo que hicieran los peces. Todo lo que hicieran. En la oficina hoy he pensado en ellos. En cómo estarán. No se hacen caso. No se miran. No se hablan. No se comen. Un hombre mayor se queja de la carrera. De que permitan hacerla en mitad de la calle. Que no nos pueden dejar aquí sin pasar, dice. Lo miro. Lleva bastón. Miro el bastón. Como si me mirara los zapatos. Si lo pienso, nunca he mirado uno. A veces me pasa. Con las llaves de casa. Con una hormiga. A veces me quedo quieto con una baldosa. Con las baldosas alrededor de la primera baldosa. Ya pasan los últimos. El viejo resopla. Mira al policía y dice: payaso. Pienso en si con las tres páginas será bastante. Cuando J. vuelva. Su madre siempre escribe más. Cuando le dejamos sus peces para que los cuide. En vacaciones. Escribe más de una página al día. Una página y media o más. J. lo lee todo esa misma noche. El mismo día que regresamos, esa noche, lo lee todo. Como un diario. Veintiuno del ocho. Catorce y veintidós. Hoy tardan más en comer. El amarillo no. El amarillo termina en seguida. Como siempre. Pero el resto se queda un tiempo nadando. Buscando más. Catorce y treinta y siete. Casi todos se han escondido debajo de las piedras. Los blancos siguen buscando más comida. El agua está bien. No hace falta limpiarla todavía. Como un diario. Antes tenía peces nocturnos. No podía darles la luz. No comían. Había que bajar las persianas. Apagar el televisor. No cenar en el salón. No comían. No comían. Ya han terminado de pasar los de la carrera. Ya podemos cruzar. El viejo resopla todavía. Todos cruzan. Cruzo. El semáforo está rojo. Tengo que comprar más comida para los peces.
Fin