Blanco y rojo

El jardín de las delicias. Panel derecho o «el infierno musical«. Jheronimus Bosch.

Mamá no se enfada hoy. Aunque el abuelo haya dejado su bastón en la entrada. En el paragüero de la entrada. No le gusta. Se enfada. Cuando dejo cosas dentro se enfada. Pero hoy no. Saca la tarta ya. Siempre que es mi cumpleaños prepara tarta de fresas y nata. Baja el volumen de la música. Papá coge la cámara. Todos miran cómo inflo la boca. Quiere hacerme la foto soplando las velas. Como siempre. Me inflo. Me inflo. Ya, dice. Y soplo. Y las velas se apagan. Y mamá las enciende otra vez. Por si papá no le ha dado al botón a tiempo. Saca las fotos borrosas. No sabe usar la cámara bien, dice mamá. Las enciende otra vez. Me inflo. Ya. Ya. Soplo. Se apagan. Papá dice que ha salido bien. Quita las velas, que se han derretido un poco. Comemos. Los abuelos me dan dinero. Mamá lo coge. Me lo guarda. Saca el álbum. Enseña fotos. Fotos mías. De mí en su barriga. De mí en el hospital. En la bañera. En la cuna. De mí llorando. Tocándome la boca porque lloro porque me están saliendo los dientes. El abuelo pregunta si sé ya escribir mi nombre. Mamá trae papel y lápiz. Me dice que escriba. Que ponga mi nombre. Y la fecha. Y el nombre del abuelo. Le enseña el papel. Sube la música. Como estaba antes. Papá quiere irse. Dice que quiere ir a revelar el carrete ya. Para sacar las nuevas fotografías. Blanco y rojo, miro un trozo de nata seca en el mantel.

Fin

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